Anunciante: Crest
Agencia:
Lugar: EE. UU
Año: 2007
El marketing de guerrilla no deja escapatoria a ningún tipo de producto o servicio. Aún no ha quedado demostrado que existan límites para el mundo de la creatividad, y ésta unida al mundo comercial, puede hacer brillantes campañas fuera de las típicas acciones en medios convencionales que llegan a ser repetitivas e intentamos evitar a toda costa.
El marketing de guerrilla se sitúa como una nueva vía que demuestra que las formas de hacer publicidad no hacen más que avanzar, y que nos ayuda a romper con la idea de que no existe producto difícil de anunciar, sino más bien hay que ingeniar modos originales de hacer llegar la idea que se desea al público que queremos.
¿Quién podría pensar que una pasta dentrífica pudiera llamar tanto la atención en los transportes de una ciudad? En Estados Unidos, la marca Crest, una pasta de dientes americana, logró una campaña que es merecedora de ser mencionada. La originalidad con la que la publicidad fue realizada, nos recuerda que en creatividad tan sólo es necesario abrir el campo de miras, plantear nuevas opciones nunca vistas anteriormente por nadie. Y para ello se necesita pensar, reflexionar mucho la idea para poder madurarla, y es que las grandes ideas no vienen por sí solas, y menos en publicidad, campo en el que la creatividad debe responder a unos intereses del anunciante.La campaña de Crest, fue colocada en distintas estaciones de metro, y en los mismos vagones de metro. La utilización de los recursos del lugar, son acciones típicas para el marketing de guerrilla, y en este caso no podía ser menos. Por todos es conocido que casi todas las pastas dentríficas intentan posicionarse por su espectacular “poder blanqueador”, pero es difícil que uno se crea que realmente tus dientes quedarán como en el anuncio, y más complicado es aún, recordar cuál era la pasta de dientes que te los dejaba tan blanquecinos.
Crest mantuvo su promesa de dientes blancos, pero de una manera que ningún competidor nunca antes lo había hecho. Aproximándose más que ningún otra pasta de dientes lo había hecho a sus clientes, blanqueó azulejos que contrastaban fuertemente con los ensuciados, propios en las estaciones de metro. Pero no sólo blanqueó azulejos, sino también asientos que relucían un color blanquecino frente que no se habían expuesto al dentífrico Crest.
La acción no sólo se efectuó bajo tierra, sino que Crest salió a la calle mostrando su increíble poder blanqueante, colocando su tubo de pasta de dientes sobre taxis, en los que, justo la parte de éste que había sido tocada por el dentífrico, había quedado blanca frente al color amarillo del coche.
Crest fue con creces, capaz de demostrar a través de los recursos de la exageración y el humor, las ventajas de su producto. Sin duda, esta campaña de marketing de guerrilla le permitió una distinción de su competencia. Con este caso nos queda demostrado que no existe producto difícil de anunciar, pues con altas dosis de creatividad y de esfuerzo, se pueden lograr campañas brillantes por su originalidad y efectividad.Claudia Vinuesa

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