viernes, 1 de abril de 2011

EXPERIENCIA 7: ¿TAXI?

Agencia: BBDO
Anunciante: HBO (Los Soprano)
Lugar: Nueva York
Año: 2005

Uno tiene sus prejuicios a la hora de coger un taxi. Los taxis parecen elementos tangibles exactamente iguales o casi iguales en su forma, tamaño, peso y esmalte,  pero detrás de esta imagen homogénea salida directamente de la producción en cadena encadenada a las calles de por vida,  existen una infinidad de detalles que nos llevan a decantarnos por un taxi u otro. Es así, también hablando de taxis, somos racistas.
Robert De Niro en Taxi Driver


Yo, por ejemplo, evito a toda costa aquellos taxis que llevan colgados del espejo retrovisor algún estúpido ambientador. Si ese ambientador es el escudo de un equipo de fútbol, directamente pasan a formar parte de mi lista negra. Más tolerante soy con los ambientadores que se cuelgan de la rejilla del aire acondicionado, manías simplemente.


Los taxistas son personas que se mueven en los registros de la bipolaridad, o completamente amables, parlanchines y simpáticos, o completamente lo contrario. De un taxista uno puede conocer en una noche que marca de aceitunas prefiere de aperitivo los primeros sábados de cada mes o pensar que el pobre es pluriempleado y es taxista y desagradable a jornada completa.


Volviendo a las  preferencias, se me antojan irresistibles aquellos taxis que tienen encima un pequeño cartel publicitario y, si el cartel es luminoso, lo paro aunque tenga que ir a la esquina de enfrente. También es cierto que a las tres de la mañana, con ganas de volver a casa, se me quitan todas las tonterías y cojo cualquier taxi aunque tenga serias dudas sobre si la rueda delantera derecha cumple los niveles exigidos de aire.


Ahora bien, una pregunta difícil y digna de reflexión ¿Cogeríais un taxi que lleva colgando del maletero el brazo de un cadáver? Complicada la respuesta.


Cogerlo, no sé si lo cogeríamos, de lo que estoy segura es  que nos pararíamos a mirarlo aunque esos taxis circularan por Nueva York en plena hora punta.


De hecho, esos taxis circularon por Nueva York en plena hora punta en el año 2005. Mirados, fueron mirados y mucho.


La idea se le ocurrió a la agencia BBDO para promocionar la exitosa serie Los Soprano, producida y emitida por HBO. Los Soprano, serie creada por David Chase en 1999 y que se compone de un total de seis temporadas, se centra en Tony Soprano, un mafioso afincado en Nueva York y en su entorno. De ahí que colgaran del maletero de los taxis de Nueva York un brazo “de cadáver” simulando toda esta esfera del imperio del crimen.


Recordar que HBO también ha producido series como  Bajo Escucha (The Wire), A dos metros bajo tierra y Sexo en Nueva York, algunas de ellas tan recomendables que están más cerca de lo obligatorio.


La fuerte competencia entre series y canales en USA marca unos ritmos vertiginosos de trabajo que han hecho que la innovación tenga que ir más allá de guión y producción. Y ahí es donde entra la publicidad de guerrilla que, aparte de su coste reducido, abarca un abanico de posibilidades de acción tan extenso que los límites son puestos únicamente por el éxito de la acción. Si partimos de eso, todo vale. Si tenemos en cuenta que el éxito nunca está asegurado, nos encontramos con el riesgo es este tipo de acciones. Donde no existen los límites  está el riesgo, pero también, la innovación.
Irene Mª Martínez Pérez

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